13 Apr
13Apr

Qué pinche raro que el Divo de Juárez nunca diga "pinshe". [Para consultar el habla espontánea de Cd. Juárez, vea la entrevista del video número 1]  Claro que fácilmente podemos decir que Alberto Aguilera V. nació lejos de la frontera y dar por cerrado éste (que no es ningún) conflicto existencial. Pero iba manejando, mientras “por eso aún estoy en el lugar de siempre/ en la misma ciudad y con la misma gente” me hizo recordar todo lo que sufrimos para comunicarnos con banda de diferentes estados del país y lo que valora uno volver a casa y poder hablar como uno se conoce y no como el resultado de un cóctel de acentos que se arma entre fiestas y charlas medio pretensiosas;  y me acordé también de mis compas de Juárez y su encarnada necedad de apropiar a Juan Gabriel como la personalidad de su tierra. Me acordé de ellos, de todo lo que les cuesta ser entendidos de Monterrey para abajo y  del estrés y la resignación en la cara de José mientras leía su texto y se daba cuenta de todas las veces que tenía que usar la she y sufría una especie de reminiscencia [Algo así como  la del bizco de Matando cabos, en el video 2] de las ocasiones en que los de otros lados nos la hemos curado con su forma de hablar. Justo por esos días chateé con un viejo amigo criado en Tijuana y le comenté que andaba cotorreando con vatos del norte, que todos tenían su mismo acento y que ya me lo habían pegado, a lo que respondió “ese acento es como el herpes”. Y sí.

 Pero volvamos a Juanga. El que nunca pronuncie la she me parece raro  por todo el tiempo que ha vivido en la frontera mexicana con El Paso y por la facilidad con la que uno se adapta a las formas de enunciar el español de la región (cualquiera en la que se sitúe, no nos clavemos con el norte, pues), contacto lingüístico, que le llaman. Y en efecto, en todas las canciones, Juan Gabriel mantiene un habla más apegada a la forma del centro, aunque en las entrevistas pasa algo especial: escuchamos un poco difuso ese “golpeado” que define a los del norte, sin embargo, la she escapa muy rara vez, una de ellas ocurre en la narración que hace de su vida en el último capítulo de la serie “Hasta que te conocí”. En la misma serie, aparece el joven Alberto viviendo en Juárez, tanto es el cliché que intentan meter en estos episodios, con el fin de ambientar al espectador, que incluso dedican una escena en la que aparece con una canasta vendiendo burritos (armados al estilo gabacho, no juarense, según mis fuentes). Sitúan varios capítulos en esta ciudad, en los que los actores dan su máximo por sacar un norteño pirata, pero nunca nadie habla con she.

Él mismo afirmó que cuando comenzaba a cantar para las productoras situadas en la Ciudad de México le exigían pronunciar la che. Y bueno, esto resolvería el presunto misterio planteado hace algunas líneas. Sí, es un asunto de censura, pero, más que eso, el caso Juanga refleja la discriminación lingüística que se da al suponer que hay una forma “neutra” del español mexicano o que este es una variante homogénea de la lengua. Asimismo, considerar al habla de la Ciudad de México como la predeterminada es otra de las muchas consecuencias de la centralización del país. Y vamos, aquí no hay nada contra el chilango promedio, pero con su forma de hacer de todo el territorio nacional un binomio ciudad/provincia cae en el espantoso vicio de marginar todo lo que no entra en su discurso citadino.


Video 1: 


Video 2: 



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