04 Dec
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Apuesto lo que sea, a que todos y cada uno de ustedes, aman por lo menos una película o serie de televisión sobre detectives y asesinos seriales. Las películas y series sobre detectives, ya sea solitarios, en pareja o en grupo, sobran. Hay muchas, muchísimas, demasiadas. Y claro, como en todo, hay de todo. Malísimas, malas, regulares, buenas y buenísimas.

Digo lo anterior, porque parecía que lo menos necesitaba la televisión hoy en día era otro programa de detectives y asesinos en serie. Sin embargo, a Netflix no le importó y se contactó con uno de los maestros en esta corriente, David Fincher, para que fuera el director ejecutivo de dicho proyecto y también, director de 4 de 10 capítulos. La serie titulada Mindhunter, está escrita por Joe Penhall y se basa en el libro Mindhunter: Inside FBI's Elite Serial Crime Unit de Mark Olshaker y John E. Douglas.

Dicha serie está protagonizada por Jonathan Groff quien interpreta a Holden Ford y Holt McCallany quien le da vida a Bill Tench. También contamos con la participación de Anna Torv, que interpreta a la intelectual Wendy Carr y que conforme avanza la serie, toma un mayor protagonismo.

Pero una vez pasado de manera muy general por los datos obligados a conocer, hay que hablar de qué va la serie. Mindhunter, como ya se mencionó, es una serie que tiene como protagonistas a dos detectives del F.B.I. a finales de la década de los 70's. A lo largo de la temporada, vemos cómo estos dos personajes tratan de descubrir cómo piensan los criminales como Charles Manson o Ed Kemper, "el asesino de las colegialas", mediante entrevistas personales con los asesinos, mientras que también tratan de resolver otros casos.

Lo que hace diferente a esta serie de las demás que también son sobre detectives que buscan resolver casos, tal es el caso de Criminal Minds o Law and order, es que esta se concentra principalmente en el aspecto psicológico de los asesinos. En una época en la que no existía el concepto de "asesino serial" o el de "perfil del asesino", ya que se consideraba que eran malos simplemente porque así habían nacido, era necesario encontrar patrones y características sociales y psicológicas en los asesinos.

La serie pues, no se concentra en lo que hicieron todos y cada uno de estos asesinos entrevistados por los detectives Holden y Bill, sino en por qué lo hicieron, y cómo una sociedad en decadencia como la norteamericana de finales de los setentas influyó en ellos. 

El mejor ejemplo de esta decadencia norteamericana de los setentas la encontramos en películas como Taxi Driver de Martin Scorsese.

El mayor logro de esta serie no está solamente en su historia, sino en cómo la cuenta, en la frescura que le aporta al género. La serie no busca impactar con imágenes grotescas (y vaya que Fincher saber eso, sino recordemos la cabeza en la caja de Se7en), sino que encuentra su fuerte en los diálogos de los detectives con los asesinos y con la Doctora Wendy Carr. Y a ello hay que agregarle el tono que le da Fincher a toda la temporada desde los primeros episodios, que recuerdan mucho al que tenía Zodiac.

La escenografía y la ambientación de este programa también son excelentes. No caen en los clichés típicos de los pantalones acampanados, las camisas de pana, los afros y las patillas largas. La serie por ello, tiene un tono de actualidad, y muestra de manera muy pero muy decente un momento clave de una institución como el F.B.I.

Ahora para concluir, habría que preguntarnos cuánta actualidad tiene esta serie. En ella se busca crear un método para descubrir patrones y prevenir tragedias. Me parece que es un mensaje claro para la actualidad estadunidense que no ha podido con los problemas de tiroteos en escuelas, centros comerciales e iglesias.

Pero bueno, como todo programa o película, habrá que verla, pensarla, y ver qué sacamos de ella para nuestra actualidad.


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