Es difícil escapar a las miles de referencias -sobre todo en internet- que hay sobre la exitosa serie de la BBC, Sherlock. Me mantenía reacio a mirarla por el hecho de que cada capítulo dura alrededor de una hora y media, pero cuando supe que sólo había tres temporadas con tres capítulos cada una, le di una oportunidad, al fin y al cabo, podía ver la mitad de un capítulo un día y la otra mitad otro día. Sin embargo, no fue así, cuando lo noté ya había terminado la primera temporada ¡en una sentada!
Sherlock es una serie creada por Mark Gatiss y Steven Moffat y que trasmitió su primer capítulo por la BBC en Gran Bretaña en 2010. Cómo es obvio, la serie está inspirada en el ya infinitamente referenciado Sherlock Holmes, protagonista de las novelas de Sir Arthur Conan Doyle. Y podrán pensar lo que yo pensé, “¿De qué sirve volver a ver a Sherlock Holmes? Lo he visto en miles de programas de televisión ya sea como él mismo o encarnado en versiones más actuales como Dr. House y su amigo Wilson. En buena cantidad de películas y no se diga en versiones parodia en incontables series animadas.” Pues bueno, ahora que la he mirado resulta que está llena de frescura y nos presenta sí, al rarísimo detective Sherlock Holmes que ya conocíamos, que siempre recurre a métodos cuestionables, pero que está interpretado de una manera fantástica por Benedict Cumberbatch.
La serie está ambientada en la actualidad en la ciudad de Londres, pero a pesar de ello, los problemas y misterios en los que se inmiscuye Sherlock y su acompañante Watson, interpretado por Martin Freeman, son completamente internacionales, como la red de criminales de Moriarty. La trama consiste en la resolución de casos por parte de Sherlock y Watson, quienes poseen una página de internet en donde publican lo que han resuelto en base a lo que Sherlock llama La Ciencia de la deducción.
Como ya se mencionó antes, Sherlock y su acompañante Watson son interpretados por Benedict Cumberbatch y Martin Freeman respectivamente, y es que su trabajo como compañeros es buenísimo, y no se limita a la serie de la BBC pues, ya los habíamos visto trabajar juntos, pero como rivales en la trilogía cinematográfica de The Hobbit (2012-2014), Freeman interpretando a Bilbo Bolson y Cumberbatch dando vida con su voz al imponente dragón Smaug.
Sherlock es pues, sin duda, una de las mejores series de detectives que hay en la actualidad, y no se esperaba menos del padre de los detectives, Sherlock Holmes. No obstante, la serie no tiene gran sólo por resolver casos de manera inexplicable, sino por todo lo que implica hacer una serie de Sherlock basada en la actualidad y la adaptación de sus métodos clásicos a las tecnologías y herramientas de la actualidad, así como la dificultad de lidiar con la fama que se consigue de manera tan sencilla hoy en día por medio del internet y, que no siempre será lo mejor para un detective. La serie también es rica en referencias y símbolos a la historia medieval de Gran Bretaña, ya sea por medio de la misma trama o por frases y métodos de Sherlock.
Nadie debe desanimarse a mirar Sherlock por el hecho de que cada capítulo dura lo que podría durar una película, pues cada capítulo es tan interesante y tiene un ritmo en la narración que nunca sientes que ha caído ni que se ha llenado de paja para rellenar tiempo. Siempre estás al borde del asiento y apenas termina un capítulo ya quieres mirar el otro, y no se hable de los finales de temporada, que todos y cada uno de ellos han sido buenísimos.